A mediados de los
ochenta, The Cult eran el perfecto híbrido entre el afterpunk y el rock,
fusionando ambos mundos en un disco tan colosal como “Love”. The Cult
decidieron seguir esa línea y registraron “Peace”, una continuación en
toda regla que pese a ser notable, parecía dirigirse hacia un callejón
sin salida. Era más de lo mismo, y lo que había era bueno, pero no
exprimía al grupo, sino que le acomodaba traicionando su propia
filosofía. Astbury y Duffy se reunen con el productor Rick Rubin, que
les persuade para desechar “Peace” y volver a grabar sus canciones bajo
su batuta. Así, Rubin hace que The Cult se olviden de cualquier
oscuridad gótica para tomar como directriz un rock seco a lo AC/DC sobre
el que aplican algunos de sus rasgos personales. Sin apenas efectos,
The Cult facturaron un “Electric” crudo, vuelta y vuelta, que gustó al
público masivo por su actitud básica. Las guitarras de Duffy no buscaban
arreglos, limitándose a expulsar una energía primitiva tremendamente
sincera, con Astbury haciendo de cada canción un misterio de letras
enigmáticas escupidas con una familiaridad y actitud callejera.
“Electric” no es una obra tan sencilla como pueda parecer, es básica
pero filosóficamente compleja, hace del seso un ritual, de la sacudida
de cadera un paso mágico.
Ahora el disco se reedita con el defenestrado “Peace” como segundo vinilo o cedé. No es nada inédito, ya vio la luz entero en la caja de rarezas “Rare cult”, pero colocarlo como parte de este relanzamiento lo contextualiza como un disco disfrutable. El plato fuerte es el propio “Electric”, un disco cuya falta de aditivos le hace sonar hoy día como si acabara de ser puesto a la venta. Aquí solo hay calor y sudor, brasas de rock and roll en forma de canciones sublimes a las que únicamente les sobra la versión de ‘Born to be wild’, de Steppenwolf, que el grupo se ha negado a tocar en su actual tour. Un tour nostálgico cuyas canciones siguen sonando vigentes. Podría haberse añadido un tercer disco en directo, también un buen libreto que no se limite a reproducir el original, pero centrándonos en la música, este artefacto doble es fantástico.
Fuente de la Reseña: http://www.efeeme.com/
Ahora el disco se reedita con el defenestrado “Peace” como segundo vinilo o cedé. No es nada inédito, ya vio la luz entero en la caja de rarezas “Rare cult”, pero colocarlo como parte de este relanzamiento lo contextualiza como un disco disfrutable. El plato fuerte es el propio “Electric”, un disco cuya falta de aditivos le hace sonar hoy día como si acabara de ser puesto a la venta. Aquí solo hay calor y sudor, brasas de rock and roll en forma de canciones sublimes a las que únicamente les sobra la versión de ‘Born to be wild’, de Steppenwolf, que el grupo se ha negado a tocar en su actual tour. Un tour nostálgico cuyas canciones siguen sonando vigentes. Podría haberse añadido un tercer disco en directo, también un buen libreto que no se limite a reproducir el original, pero centrándonos en la música, este artefacto doble es fantástico.
Fuente de la Reseña: http://www.efeeme.com/
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